Cada vez se oye más que la tecnología Blockchain se compara con Internet hace treinta años, tanto desde el punto de vista de su potencial como de la forma en que está entrando en el mercado y, en algunos casos, cambiando el propio concepto del sector en el que quiere operar.
Se ha observado que en el sector financiero esta tecnología ha tenido un profundo efecto en el desarrollo de los últimos años y es natural preguntarse dónde se puede seguir implementando esta tecnología y los cambios que seguirán a estas aplicaciones.
La finalidad de Blockchain es la creación y gestión de bases de datos distribuidas para transacciones entre pares, compartidas entre los nodos de una red. Una infraestructura que, por lo tanto, resulta ideal para gestionar datos de forma precisa, representando la voluntad de la comunidad en la que se adopta y en la que se establecen reglas compartidas y capaces de crear valor líquido, valor que puede ser intercambiado dentro de la infraestructura de forma incensurable, inmutable y reconocible.
Al igual que Internet ha modificado profundamente nuestra forma de concebir los datos y de crear valores, el blockchain está cambiando la forma en que pretendemos intercambiar estos valores, trayendo consigo no sólo visiones diferentes, sino también la necesidad de adaptar los modelos existentes, la necesidad de un nuevo paradigma, ya que esta tecnología no puede aplicarse a los antiguos modelos de gestión de valores.
Precisamente por las características esenciales de Blockchain, puede aplicarse de forma muy eficaz y eficiente al sector inmobiliario, donde desde hace cada vez más tiempo es evidente la necesidad de poder gestionar valores, datos y derechos de forma transparente y optimizada, reduciendo los problemas de carácter contractual y las fricciones relacionadas con ellos.
La transparencia de los datos y la posibilidad de verificarlos desde la infraestructura permite a los usuarios tener confianza y abre la posibilidad de nuevos procesos, por ejemplo, cambiando la concepción de lo que ahora se considera inmobiliario dentro de un mercado global a través del proceso de tokenización. Al tener un valor global y registrar los eventos de forma cierta, inmutable y verificable, es posible transferir divisas y derechos con total seguridad y sin intermediarios, lo que supone una evolución y una revolución para el sector inmobiliario.
Hay innumerables sectores en los que esta tecnología puede cambiar muchos aspectos para mejor; desde la gestión de la energía hasta el transporte o desde las aplicaciones en las ciudades, hasta la gestión del valor. Aplicada al sector inmobiliario, puede beneficiarse de la gestión e intercambio del valor de la propiedad. Durante el desarrollo de esta tecnología es necesario construir un nuevo paradigma, en el que máquinas y humanos tengan la posibilidad de comunicarse y, sobre todo, de realizar transacciones seguras y eficientes.
Por lo tanto, la construcción de una infraestructura descentralizada utilizada para las transacciones, caracterizada por la interoperabilidad y regulada por normas comunes, es el primer reto que hay que abordar.
Gracias a esta tecnología y a través de los procesos de automatización y los contratos inteligentes es posible eliminar las tareas no valiosas de los intermediarios y sus costes asociados, aumentar la eficiencia de las operaciones y su rapidez, pero sobre todo reducir el riesgo de fraudes y estafas gracias a la posibilidad de verificación en el registro distribuido.
En conclusión, la aplicación de Blockchain al sector inmobiliario traerá sin duda muchos beneficios, pero por otro lado también retos que requerirán nuevos conocimientos para entender y guiar mejor esta evolución y revolución. -